La poetiza en mí ha encontrado muchos momentos para escribir y dejar la musa poseerme para grabar y gravar en el tiempo los sentimientos y vivencias que de otra forma encontrarían un lugar sólo en mi recuerdo. ¿De qué sirven los poemas, si no para compartirlos y ver si alguien más les encuentra sentido? Tengo tal vez cientos de versos que a través de mi historia se han filtrado en mi diario para relatarme mi verdad y hacerla poesía. Aquí va uno de ellos:
LARGO OLVIDO
Inmediato y voraz mi viaje al sol
quemando incansable, demente, veloz;
arropada por la ola de las ráfagas feroces
de brazas quemando mi razón en derroche.
Me arrastró el viento inclemente
que vino y se fue traicioneramente
y me dejó en la nada del vacío impuesto
al olvido en éter de lo que está yerto.
Me quedé en la espera de la vida
afuera en el frío lamiendo mis heridas,
encontrando la oscuridad siniestra,
impía burlándose de mi locura impuesta.
El encuentro con tu alma acelerado
dejó en mí inolvidable legado.
El olvido llegó apresurado en un segundo
suplantando los momentos en que fuimos uno.
Corta realidad, largo olvido
Llegó a morar en mí sin haberlo pedido;
largo olvido cual profundo abismo
Interminable y eterno, como el amor mismo.
Tangie
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