INSOMNIO

El insomnio no es placentero, y muchas veces improductivo, y a mí me visita la noche interminable sin sueño de vez en cuando, tal vez más veces de lo que me gustaría. Hoy fue una de esas noches largas, densa, ocupada por la historia leyéndose y escribiéndose en la oscuridad. Noche en mi cama arropando con su telón, cayendo sobre todas las cosas, pero es de día en mi pensamiento que no acaba. Decidí hacer la noche día y hacerla hablar, romper su silencio para que converse conmigo y me diga por qué, a pesar de que está conmigo no está en mí. Ella se ríe porque sabe que no tiene que hablarme, y que con el tiempo se irá inevitablemente pero volverá a jugar conmigo. La miro y la contemplo sin miedo, esperando su respuesta al silencio de mi boca, esperando que dirija mis manos para hacer poesía en papel y música en mi cuerpo. La poesía se escribe, y bailo al son de la canción que invento sin reglas en tempo perfecto para mi cuerpo en espera de respuestas. Y ya tengo una nueva página en el tiempo, para leerla luego cuando sea de día, y al sol tenderla en el viento que le dé vida y me sonría.

El insomnio es largo, y la noche es corta con mucho que decirme. La dejo que hable, pero no responde. Me cuenta lo pasado y lo acrecienta, lo mejora, y lo reescribe. Me invita a caminar por diferentes caminos y a descubrir lo que traerá mañana cuando vuelva a visitarme y a jugar conmigo. Me llama y yo acudo, con ella duermo y me amanezco llena. El insomnio es una visita de uno mismo a uno mismo, y hoy decidí darle la bienvenida. Me quedo entonces conmigo en lo que se va la noche y me hago buena compañía. Después de todo, el insomnio me da el tiempo para verme y dialogar con mi alma acerca de la vida y las cosas que encontrarán su lugar.

NOCHE LARGA

Noche como el día de verano largo
con el sol de tu visita quemando en mi interior
haciendo sudar mis adentros que invadiste
bebiendo a la sed de la espera de mi pasión.

Se enredó tu altura con mi solitario abismo,
interminable aún cuando el final nos llegó
y sigue su cauce mi río sediento,
desemboca furioso sin encontrar razón.

Noche larga sola, día corto en mí…
Invito al recuerdo a morar en mi cama,
se posa en mi cuerpo el calor del recuerdo
que se niega a abandonar la sinrazón de mi alma.

Tangie, en una noche de insomnio