Thursday, June 01, 2006

PARADOJA

Veo su cara cerca y lejos mientras su cuerpo le presta una visita a mis entrañas. La miro, intentando ver su alma a través de los ojos entreabiertos que dejan salir una ráfaga de pasión cuando se exalta el tiempo y se detiene en un gemido que mata al cuerpo, para revivir unos instantes después. La fuerza se apodera de mis brazos y mis manos, y le dejo surcos en la piel en muestra del arrebato que me posee al poseerme él. Me convierto en nada y en todo, en parte del universo y tan lejano de él por unas horas eternas que pasan rápido y se clavan en mi recuerdo, en mi piel y en mi espíritu que vive en fervor intransigente por tenerlo. Abro mis brazos, mis manos, mi boca y mis piernas para recibirlo en mi cuerpo y en mi alma, y se mete muy adentro, donde vive desde hace algún tiempo a tiempo completo. Viene y va, me deja temblando, con la luz oscilando a mi alrededor como relámpago que nunca se apaga e ilumina el cielo oscuro y lo convierte en día. Su sudor se me une y penetra mis poros, se evapora en mi piel seca, se mezcla con mi sangre y fluye por mi cuerpo como el torrente del río que desemboca al mar; mi mar, el mar que emana de mí cuando está dentro de mí, cuando con su boca me recibe, y cuando pensándolo intento recrearlo. Me quedo en él porque con él me voy y con él estoy en mi pensamiento y cuando mi espíritu me deja para irlo a buscar en las noches y los días que paso sin él. Vibra la última fibra de mi existencia sabiéndolo en el mundo, vivo, a tanta distancia de mí, distancia de cuerpo y de su alma alejada que me presta y me la retira dejándome sedienta insaciable y con hambre en mis ojos, mis manos, mi boca, mi vulva y mi alma.

3 comments:

amelche said...

¡Ufff!

Ava said...

Wow, very passionate.

Ava

Anonymous said...

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