Llorar de Amor

He llorado esta mañana. Lloré de una tristeza feliz, o de una felicidad triste. Lloré cuando mi alma encontró la luz que entraba por mis ojos abiertos viendo la realidad del amor, y no pudo evitar desbordarse. Supongo que el amor así, tan profundo y puro, tan fuerte y poderoso hace llorar. Supongo que el alma sí entiende la totalidad y simpleza majestuosa y divina del amor y su poder transformador, energizador, el poder de no tan solo pensar que todo se puede, sino hacer que todo se pueda. Hoy lloré y fue un lindo llanto, con amor corriendo por mis mejillas y uniéndose a mi mirada clavada en el poder de lo que no se ve pero que se siente tan verdadero, real y completo. Hoy me reafirmé que para el amor no hay límites, que el amor no tiene distancia, ni tiempo, ni impedimento, solo aquéllos que le imponemos nosotros en nuestra condición humana porque el amor es mucho más que la capacidad de nuestro cuerpo y que la razón de nuestra mente. Hoy lloré de saber que el amor lo puede todo si lo dejamos actuar y obrar. Para el amor nada es imposible y verlo me hace llorar. Hoy lloraré todo el día con una sonrisa en mi corazón y en mis labios.