VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Visitando el blog de Seoman me enteré que el pasado sábado, 25 de noviembre se celebró el Día Internacional Contra la Violencia de Género. La fecha pasó desapercibida para mí, sin embargo, hoy sabiendo de tal celebración, me cuestiono por qué siquiera tenemos que tener una fecha especial dedicada a recordarle a las personas a no maltratar a las mujeres. Me parece barbárico que aún en el Siglo 21 tengamos que recordarnos a no agredir y victimizar a la mujer, y que aún esta problemática esté lejos de ser resuelta en el mundo.

Las causas de violencia contra la mujer son muchas. El gran problema es cómo se perpetúan estos círculos viciosos de generación en generación, siendo aceptados por ambas partes (agresor y agredida) como norma y estilo de vida esperado y modelado y enseñado a generaciones futuras.

En un artículo pasado leí que las jóvenes Latinas están en gran riesgo de caer en relaciones abusivas durante sus años de escuela, y al preguntárseles por qué aceptan este tipo de relación responden que sus parejas actúan agresivamente por el amor tan grande que les tienen. Muchas mujeres llegan a la adultez con este mismo paradigma y continúan aceptando la violencia como algo aceptable para sus vidas y una validación y prueba contundente del amor de la contraparte para con ellas (¿qué pasó con las flores y las serenatas?). Algunas mujeres definen maltrato como abuso físico severo y no se dan cuenta de que el maltrato tiene muchas formas y caras, a veces sin llegar a la agresión física.

Es triste que una mujer crea que el amor duele, lastima y tortura para ser real y tangible. Es triste que una mujer cuando se da cuenta de que el amor no tiene que doler piense que no tiene alternativas para salirse de una relación en la cual la agresión y la violencia imperan. Mucho más triste es que los agresores se sientan con la potestad y el derecho libre de utilizar la violencia a su antojo en contra de sus parejas. Ninguna mujer debe tener que vivir en una relación de maltrato. Ningún niño debe presenciar cómo su papá llega a la violencia física o verbal contra su mamá. Ningún hombre debe sentirse con el derecho de poder agredir a su pareja.

La violencia de género se detiene con educación y concientización, para que las mujeres entiendan que no tienen que vivir la vida en pareja llenas de temor o aceptar el maltrato, y saber sus opciones y alternativas. El esfuerzo tiene que ser conjunto entre todos los componentes de la sociedad para levantar nuevas generaciones con una visión positiva hacia el respeto mutuo y la sana convivencia. Mensaje: El maltrato no es amor.