Wednesday, July 21, 2010

EL ORGULLO

El orgullo es miedo a ser herido. El orgullo es miedo a que otro ser humano tome ventaja con o sin nuestro consentimiento. El orgullo es otra forma de miedo. Cuando una persona siente orgullo o actúa basada en su orgullo, no hace más si no protegerse del miedo de experimentar dolor al envolverse en esa situación o relación. Cuando te dicen “conserva tu orgullo” te están diciendo, protégete del dolor que te puede causar esa relación o esa persona. Recuerda, no hay nada si no el amor y el temor. Lo único que existe en el mundo es el amor y el temor. El amor no da cabida al temor, por ende, el amor no da cabida al orgullo. El amor evoluciona. El orgullo impide la evolución del amor. El amor libera. El orgullo ata a los prejuicios-ideas preconcebidas sobre algo y bajo las cuales actuamos y tomamos decisiones, aun cuando estas ideas sean infundadas, inservibles u obsoletas. Inclusive también cuando estas ideas no contribuyan a nuestro crecimiento.


El orgullo es un escudo para guardarse del dolor, del defraude, de la decepción, de la angustia, de la desilusión, de lo desconocido. Pero también es una barrera que impide mostrar, recibir y experimentar el amor a manos llenas, con plenitud. El orgullo es una falsa ilusión de seguridad y de protección. Es un rasgo humano aprendido, a través del modelaje de otros y a través de las experiencias dolorosas (las cuales también son aprendidas). El espíritu no tiene, no siente orgullo. No actúa con soberbia ni con juegos al escondite. No se resguarda de nada, porque el espíritu es lo que es, y vive en el mundo de lo absoluto. El orgullo es el bloqueo de la condición humana hacia experimentar el absoluto en su máxima expresión a través de la condición física. Deshacerse del orgullo es deshacerse del miedo. Deshacerse del miedo es amar sin límite. El ejemplo del amor por los hijos es el amor más puro que pueda experimentar el ser humano en su condición física en este plano. A pesar de que existe el orgullo en la relación con los hijos (porque lo experimentamos en nuestra capacidad humana, inevitablemente), este orgullo se sobrepasa más rápido y más voluntariamente. Con los amigos se expresa el amor de manera más plena de igual forma. Sin embargo, las relaciones de pareja se prestan mucho para juegos de orgullo. Las parejas que experimentan un nivel de amor más pleno y equilibrado, saben que dejar a un lado el orgullo es fundamental para el funcionamiento y la durabilidad de la relación. Los niños, en su relación con sus padres, no sienten orgullo. Un niño puede ser regañado o castigado por algo, e inmediatamente después de levantado el castigo puede venir a abrazar y besar a sus padres como si nada hubiese pasado. Esto ocurre porque aún no están condicionados para el orgullo. El orgullo es aprendido. No es parte de la condición natural del ser. Por eso decía Jesús que hay que ser como niños para entrar al reino de los cielos. Amar como aman los niños es amar sin condición y con completo abandono. Amar como niño es la clave para amar a todos y la llave hacia la felicidad plena y el reino de lo eterno.




Hay relaciones que vienen a nuestra vida con un propósito, previamente establecido, y cuando se completa ese propósito, esas relaciones parecen terminar. Terminan en su forma física, no obstante la conexión espiritual continua para siempre porque nunca se va. Todos somos parte de un todo. Todos somos uno. Todos surgimos de la misma fuente. Somos indivisibles. Como parte del juego, decidimos qué papel jugará cada persona en nuestra vida. Elegimos las condiciones antes de llegar. Tú puedes recordar quién eres, aun cuando la otra persona no puede. Decide siempre recordar quién eres y recordar quiénes son las otras personas, más allá de lo físico. La sabiduría te hará libre y feliz.

Tuesday, July 06, 2010

EDUCATION BUILDS A FUTURE

EDUCATION BUILDS A FUTURE


Latinas everywhere face strong obstacles to their personal and professional development; that is well-known. Many of us have made strides and overcome obstacles and adversity in order to reach success; however, the vast majority of Latinas still encounter invisible, but solid barriers to build better lives for themselves, and the external forces that create those barriers are still latent, potent, and evident. Education is undoubtedly the best tool for Latinas to continue a significant and constant path to a better life.


Education is indeed an elixir that begins to heal many social plagues. Our culture, in spite of its goodness, imposes limiting barriers for women. Some of the obstacles Latinas face to further their education are: 1) limited education in the household; 2) marrying at an early age; 4) teen pregnancies; 4) having a family and aiding with extended family which leads to premature adulthood; 5) high school graduation rate for Latinas is lower than for any other ethnic group; 6) Latinas are less prepared and less likely to take college entrance examination exams than any other ethnic group; 7) Latinas are under-enrolled in gifted and talented education programs in schools, more than any other ethnic group; 8) Latinas are the least likely of any women to complete a bachelor’s degree; 9) isolation, racism, stereotyping, and prejudice in schools, colleges, and universities; 10) depression and mental health issues that leads Latinas to attempt suicide more than young women and women of any other ethnic group; 11) lack of financial resources to go to college; and 12) limited access to information on educational options, programs, and financial aid to go to college.


Why are Latinas so plagued with these problems? Latinas are raised in traditional homes that enforce them to conform to traditional expectations for females. There are low expectations from families when it comes to Latinas and their education. These low expectations come from their families, school teachers, and faculty in college. Because of the strict traditional roles and unquestioned respect to authority, Latinas lack networking skills to reach out. The Hispanic culture puts family obligations and responsibilities in higher regard with respect to education, and families impose these obligations and responsibilities on its women. Even when Latinas work outside the household and/or study, they are expected to come home and fulfill the vast majority of household chores and family duties. Another obstacle Latinas face when trying to pursue their education is the fact that they lack the support and understanding from family members in the household or their spouses when these women are trying to fulfill their school/college workload. The lack of role models, and lack of encouraging messages to stay in school and pursue higher education from key persons in these young women’s lives (parents, spouses, teachers, etc), instill in the psyches of Latinas a defeating attitude toward education. Another big issue is that Latinas may not understand the enhanced long-term benefits of education, and short term economic needs of the family, along with the instant gratification of a paycheck, may mirage to Latinas a false sense of stability and well-being.


How do we cure this plague? We must all become the voice that speaks to Latinas, loud and clear, about the benefits of pursuing an education. We must reach out to them and help them build a future. We are all responsible for the future of women in our culture, in our society and in our world. For those of us who have walked the walk and have overcome the obstacles of our culture, society, and to our education, helped by other comadres and hermanas, we must pay it forward. With our encouragement, example, and determination, we can make a difference in a young Latina’s life. Education builds a future!

Sunday, May 16, 2010

CULTURA DEL SLOW DOWN

Este artículo me lo envió mi queridísima amiga Waleska Irizarry en el 2006. Me ha tomado tres años y medio leerlo en su totalidad, no porque lea tan lento, ni siquiera porque he aplicado lo que dice el artículo, sino porque mi “falta de tiempo” me había impedido leerlo hasta el final. Si estás en un apuro, te recomiendo que detengas tu tiempo y lo leas. Valdrá la pena. No puedo darle el crédito correcto a la persona quien lo escribió, pues carezco de esa información. Le doy su debido crédito al autor públicamente e invito a la reflexión a través de esta lectura tan profunda.







CULTURA DEL SLOW DOWN


Ya tengo 18 años desde que ingresé a la Volvo, una empresa Sueca. Trabajar con ellos es una convivencia muy interesante. Cualquier proyecto aquí demora dos años para concretarse, aunque la idea sea brillante y simple. Es una regla.


Los procesos globalizados causan en nosotros (brasileños, argentinos, peruanos, chilenos, venezolanos, colombianos, mexicanos, caribeños, australianos, asiáticos, etc.) una ansiedad generalizada en la búsqueda de resultados inmediatos. En consecuencia, nuestro sentido de la urgencia no surte efecto dentro de los plazos lentos de los suecos. Los suecos debaten, debaten, realizan "n" reuniones, ponderaciones, etc. ¡Y trabajan! con un esquema más bien "slow down". Lo mejor es constatar que, al final, esto acaba siempre dando resultados en el tiempo de ellos (los suecos) ya que conjugando la madurez de la necesidad con la tecnología apropiada, es muy poco lo que se pierde por aquí en Suecia.


Lo resumo así:

1. Suecia es del tamaño del estado de Sao Paulo (Brasil).


2. Suecia tiene tan sólo dos millones de habitantes.


3. La ciudad más grande, Estocolmo, tiene apenas 500.000 habitantes


4. Empresas de capital sueco: Volvo, Scania, Ericsson,Electrolux, ABB, Nokia, Nobel.


Nada mal, ¿no? Para tener una idea de la importancia de ellas basta mencionar que Volvo es la que fabrica los motores propulsores para los cohetes de la NASA. Los suecos pueden estar equivocados, pero son ellos quienes pagan mi salario. Por ahora, menciono especialmente que no conozco un pueblo, como pueblo mismo, que posea más cultura colectiva que los suecos.

Voy a contarles una historia corta, sólo para darles una idea:
La primera vez que fui para Suecia, en 1990, uno de mis colegas suecos me recogía del hotel todas las mañanas. Estábamos en el mes de septiembre, algo de frío y nevisca. Llegábamos temprano a la Volvo y él estacionaba el auto muy lejos de la puerta de entrada (son 2000 empleados que van en coche a la empresa). El primer día no hice comentario alguno, tampoco el segundo, o el tercero. En los días siguientes, ya con un poco más de confianza, una mañana le pregunté a mi colega: "¿Tienen ustedes lugar fijo para estacionar aquí? pues noté que llegamos temprano, con el estacionamiento vacío y dejaste el coche al final de todo...". Y él me respondió simplemente: "Es que como llegamos temprano tenemos tiempo para caminar, y quien llega más tarde, ya va a llegar retrasado y es mejor que encuentre lugar más cerca de la entrada a la empresa. ¿No te parece?"


Imaginen la cara que puse. Y con ella fue suficiente para que yo revisara en profundidad todos mis conceptos anteriores. En la actualidad, hay un gran movimiento en Europa llamado "Slow Food". La Slow Food International Association, cuyo símbolo es un caracol, tiene su central en Italia (un espacio en la Internet que es muy interesante, visítalo). Lo que el movimiento Slow Food predica es que las personas deben comer y beber lentamente, dándose tiempo para saborear los alimentos, disfrutando de la preparación, en convivencia con la familia, con los amigos, sin prisa y con calidad. La idea es contraponerse al ánimo del Fast Food y lo que éste representa como estilo de vida. La sorpresa, por tanto, es que ese movimiento de Slow Food está sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado "Slow Europe" como resaltó la revista Business Week en una de sus últimas ediciones europeas.


La base de todo está en el cuestionamiento de la prisa" y de la "locura" (generada por la globalización, por el deseo de "tener en cantidad" nivel de vida) en contraposición al de "tener en CALIDAD", "Calidad de Vida" o "Calidad del Ser". Según la Business Week, los operarios franceses, aunque trabajen menos horas (35 horas por semana) son más productivos que sus colegas estadounidenses o británicos. Y los alemanes, que en muchas empresas ya implantaron la semana de 28,8 horas de trabajo, vieron su productividad aumentar en un elogiable 20%. Esa llamada "slow attitude" está llamando la atención hasta de los estadounidenses, discípulos del "fast" (rápido) y del "does it now!" (¡Hágalo ya, apúrese!).


Por tanto, esa "actitud sin prisa" no significa hacer menos ni tener menor productividad. Significa sí, trabajar y hacer las cosas con "más calidad" y "más productividad", con mayor perfección, con atención a los detalles y con menos estrés. Significa retomar los valores de la familia, de los amigos, del tiempo libre, del placer del buen ocio o el ocio constructivo, y de la vida, en las pequeñas comunidades. Del "aquí" presente y concreto, en contraposición contra lo "mundial o global" indefinido y anónimo. Significa retomar los valores esenciales del ser humano, de los pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y convivir, y hasta de la religión y de la fe. Significa un ambiente de trabajo menos coercitivo, más alegre, más leve y por lo tanto, más productivo, donde los seres humanos realizan, con placer, lo que mejor sabe hacer o dedicación de aprender lo que no sabe.

Es saludable pensar detenidamente en todo esto. ¿Será posible que los antiguos refranes: "Paso a paso se va lejos" y "La prisa es enemiga de la perfección", "Vísteme despacio que voy de prisa" merezcan nuevamente nuestra atención en estos tiempos de locura desenfrenada? Que no sabemos para dónde vamos. ¿Acaso no sería útil que las empresas de nuestra comunidad, ciudad, estado o país, empiecen ya a pensar en desarrollar programas serios de "calidad sin prisa" hasta para aumentar la productividad y calidad de los productos y servicios sin necesariamente perder "Calidad del Ser"?


En la película "Perfume de Mujer" hay una escena inolvidable en la que el ciego (interpretado por Al Pacino) invita a una muchacha a bailar y ella responde: "No puedo, pues mi novio va a llegar en pocos minutos". A lo que el ciego responde: "Pero es que en un momento, se vive una vida", y la saca a bailar un tango. El mejor momento de la película es esta escena de sólo dos o tres minutos.

Muchos viven corriendo detrás del tiempo, pero sólo lo alcanzan cuando mueren, ya sea de un infarto o un accidente en la autopista por correr para llegar a tiempo, o para otros que están tan ansiosos por vivir el futuro que se olvidan de vivir el presente, que es el único tiempo que realmente existe. Todos en el mundo tenemos tiempo por igual, pues nadie tiene ni más ni menos de 24 horas por día. La diferencia está en el empleo que cada uno hace de su tiempo. Necesitamos saber aprovechar cada momento, porque, como dijo John Lennon, "La vida es aquello que sucede mientras planeamos el futuro".

Falta tiempo cuando falta el espíritu de vivir, es un asunto de prioridades, porque no hay un compromiso consigo mismo. Tres factores nos aniquilan: cuando evitamos el riesgo, eludimos la responsabilidad y oponernos a los cambios. Como no tomamos tiempo para nosotros, no podemos dirigir nuestras propias vidas, ni menos la de nuestra familia o nuestros hijos, entonces nos empeñamos en dirigir una ciudad, un estado o una nación.

Felicitaciones por haber conseguido leer este mensaje hasta el final. Hay muchos que lo habrán dejado por la mitad para "no perder tiempo" tan valioso en este mundo globalizado, porque su "brainwash" es que el tiempo es dinero.


¡APRESÚRATE A VIVIR DESPACIO!


FIN

CULTURA DEL SLOW DOWN

Este artículo me lo envió mi queridísima amiga Waleska Irizarry en el 2006. Me ha tomado tres años y medio leerlo en su totalidad, no porque lea tan lento, ni siquiera porque he aplicado lo que dice el artículo, sino porque mi “falta de tiempo” me había impedido leerlo hasta el final. Si estás en un apuro, te recomiendo que detengas tu tiempo y lo leas. Valdrá la pena. No puedo darle el crédito correcto a la persona quien lo escribió, pues carezco de esa información. Le doy su debido crédito al autor públicamente e invito a la reflexión a través de esta lectura tan profunda.




CULTURA DEL SLOW DOWN

Ya tengo 18 años desde que ingresé a la Volvo, una empresa Sueca. Trabajar con ellos es una convivencia muy interesante. Cualquier proyecto aquí demora dos años para concretarse, aunque la idea sea brillante y simple. Es una regla.

Los procesos globalizados causan en nosotros (brasileños, argentinos, peruanos, chilenos, venezolanos, colombianos, mexicanos, caribeños, australianos, asiáticos, etc.) una ansiedad generalizada en la búsqueda de resultados inmediatos. En consecuencia, nuestro sentido de la urgencia no surte efecto dentro de los plazos lentos de los suecos. Los suecos debaten, debaten, realizan "n" reuniones, ponderaciones, etc. ¡Y trabajan! con un esquema más bien "slow down". Lo mejor es constatar que, al final, esto acaba siempre dando resultados en el tiempo de ellos (los suecos) ya que conjugando la madurez de la necesidad con la tecnología apropiada, es muy poco lo que se pierde por aquí en Suecia.

Lo resumo así:


1. Suecia es del tamaño del estado de Sao Paulo (Brasil).


2. Suecia tiene tan sólo dos millones de habitantes.


3. La ciudad más grande, Estocolmo, tiene apenas 500.000 habitantes


4. Empresas de capital sueco: Volvo, Scania, Ericsson,Electrolux, ABB, Nokia, Nobel.


Nada mal, ¿no? Para tener una idea de la importancia de ellas basta mencionar que Volvo es la que fabrica los motores propulsores para los cohetes de la NASA. Los suecos pueden estar equivocados, pero son ellos quienes pagan mi salario. Por ahora, menciono especialmente que no conozco un pueblo, como pueblo mismo, que posea más cultura colectiva que los suecos.


Voy a contarles una historia corta, sólo para darles una idea:


La primera vez que fui para Suecia, en 1990, uno de mis colegas suecos me recogía del hotel todas las mañanas. Estábamos en el mes de septiembre, algo de frío y nevisca. Llegábamos temprano a la Volvo y él estacionaba el auto muy lejos de la puerta de entrada (son 2000 empleados que van en coche a la empresa). El primer día no hice comentario alguno, tampoco el segundo, o el tercero. En los días siguientes, ya con un poco más de confianza, una mañana le pregunté a mi colega: "¿Tienen ustedes lugar fijo para estacionar aquí? pues noté que llegamos temprano, con el estacionamiento vacío y dejaste el coche al final de todo...". Y él me respondió simplemente: "Es que como llegamos temprano tenemos tiempo para caminar, y quien llega más tarde, ya va a llegar retrasado y es mejor que encuentre lugar más cerca de la entrada a la empresa. ¿No te parece?"

Imaginen la cara que puse. Y con ella fue suficiente para que yo revisara en profundidad todos mis conceptos anteriores. En la actualidad, hay un gran movimiento en Europa llamado "Slow Food". La Slow Food International Association, cuyo símbolo es un caracol, tiene su central en Italia (un espacio en la Internet que es muy interesante, visítalo). Lo que el movimiento Slow Food predica es que las personas deben comer y beber lentamente, dándose tiempo para saborear los alimentos, disfrutando de la preparación, en convivencia con la familia, con los amigos, sin prisa y con calidad. La idea es contraponerse al ánimo del Fast Food y lo que éste representa como estilo de vida. La sorpresa, por tanto, es que ese movimiento de Slow Food está sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado "Slow Europe" como resaltó la revista Business Week en una de sus últimas ediciones europeas.

La base de todo está en el cuestionamiento de la prisa" y de la "locura" (generada por la globalización, por el deseo de "tener en cantidad" nivel de vida) en contraposición al de "tener en CALIDAD", "Calidad de Vida" o "Calidad del Ser". Según la Business Week, los operarios franceses, aunque trabajen menos horas (35 horas por semana) son más productivos que sus colegas estadounidenses o británicos. Y los alemanes, que en muchas empresas ya implantaron la semana de 28,8 horas de trabajo, vieron su productividad aumentar en un elogiable 20%. Esa llamada "slow attitude" está llamando la atención hasta de los estadounidenses, discípulos del "fast" (rápido) y del "does it now!" (¡Hágalo ya, apúrese!).


Por tanto, esa "actitud sin prisa" no significa hacer menos ni tener menor productividad. Significa sí, trabajar y hacer las cosas con "más calidad" y "más productividad", con mayor perfección, con atención a los detalles y con menos estrés. Significa retomar los valores de la familia, de los amigos, del tiempo libre, del placer del buen ocio o el ocio constructivo, y de la vida, en las pequeñas comunidades. Del "aquí" presente y concreto, en contraposición contra lo "mundial o global" indefinido y anónimo. Significa retomar los valores esenciales del ser humano, de los pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y convivir, y hasta de la religión y de la fe. Significa un ambiente de trabajo menos coercitivo, más alegre, más leve y por lo tanto, más productivo, donde los seres humanos realizan, con placer, lo que mejor sabe hacer o dedicación de aprender lo que no sabe.

Es saludable pensar detenidamente en todo esto. ¿Será posible que los antiguos refranes: "Paso a paso se va lejos" y "La prisa es enemiga de la perfección", "Vísteme despacio que voy de prisa" merezcan nuevamente nuestra atención en estos tiempos de locura desenfrenada? Que no sabemos para dónde vamos. ¿Acaso no sería útil que las empresas de nuestra comunidad, ciudad, estado o país, empiecen ya a pensar en desarrollar programas serios de "calidad sin prisa" hasta para aumentar la productividad y calidad de los productos y servicios sin necesariamente perder "Calidad del Ser"?


En la película "Perfume de Mujer" hay una escena inolvidable en la que el ciego (interpretado por Al Pacino) invita a una muchacha a bailar y ella responde: "No puedo, pues mi novio va a llegar en pocos minutos". A lo que el ciego responde: "Pero es que en un momento, se vive una vida", y la saca a bailar un tango. El mejor momento de la película es esta escena de sólo dos o tres minutos.

Muchos viven corriendo detrás del tiempo, pero sólo lo alcanzan cuando mueren, ya sea de un infarto o un accidente en la autopista por correr para llegar a tiempo, o para otros que están tan ansiosos por vivir el futuro que se olvidan de vivir el presente, que es el único tiempo que realmente existe. Todos en el mundo tenemos tiempo por igual, pues nadie tiene ni más ni menos de 24 horas por día. La diferencia está en el empleo que cada uno hace de su tiempo. Necesitamos saber aprovechar cada momento, porque, como dijo John Lennon, "La vida es aquello que sucede mientras planeamos el futuro".

Falta tiempo cuando falta el espíritu de vivir, es un asunto de prioridades, porque no hay un compromiso consigo mismo. Tres factores nos aniquilan: cuando evitamos el riesgo, eludimos la responsabilidad y oponernos a los cambios. Como no tomamos tiempo para nosotros, no podemos dirigir nuestras propias vidas, ni menos la de nuestra familia o nuestros hijos, entonces nos empeñamos en dirigir una ciudad, un estado o una nación.


Felicitaciones por haber conseguido leer este mensaje hasta el final. Hay muchos que lo habrán dejado por la mitad para "no perder tiempo" tan valioso en este mundo globalizado, porque su "brainwash" es que el tiempo es dinero.


¡APRESÚRATE A VIVIR DESPACIO!


FIN

Tuesday, May 11, 2010

EMPATIA HACIA LA INEMPATIA

En tiempos recientes he estado pensando mucho en la empatía. Empatía es la capacidad de un ser humano para trascender su propia condición, sus propias limitaciones mentales, emocionales y experienciales, e implantarse en la situación de otro ser humano para verla, sentirla y entenderla desde la perspectiva del otro. Empatía es tener la capacidad de sentir lo que siente la otra persona, simplemente por establecer una conexión extrasensorial y conectarse con lo que la otra persona está viviendo. Es ver la vida o la situación específica a través de la mirada de la persona que la está experimentando y hacer nuestras, por unos instantes, las emociones producto de esa experiencia. Empatía es sentir sin experimentar en carne propia, ya sea por el recuerdo de una situación similar pasada o por la apertura mental, emocional y espiritual de una persona hacia otra que le permite pasar el umbral de la limitación física para unirse al sentimiento de otra y comprender su experiencia casi en su totalidad.



El diccionario de la Real Academia Española define empatía como “identificación mental y afectiva de una persona con el estado de ánimo de otra”. El ejemplo que ofrece el diccionario es “Es buen médico, pero no tiene empatía con sus pacientes”. Aquí vemos la dicotomía de la empatía: no es suficiente “serlo” (cualquiera que esto fuera); necesitamos sentirlo y que otros lo sientan con nosotros. El amor sin empatía se siente como una mesa con una pata más corta que las otras tres: cojea, se siente imperfecta, es difícil comer en ella y disfrutar de la comida, por más rica que esta sea, porque la mesa no es estable. El amor sin empatía se fragmenta. La biblia dice que el amor sin obra no es completo y la obra sin amor es vana. La empatía es una de las obras del amor y sin ella el amor no parece estar completo y no se puede experimentar en su totalidad porque el amor requiere de conexión total, lo cual incluye ser capaz de vivir en extensión y comunión con la persona amada. El amor, inevitablemente, produce empatía. Ante la falta de empatía; ¿puede sobrevivir el amor?

La empatía es un don de muchos seres humanos y la expectativa de muchos. En el mundo animal, muchos seres muestran características de empatía. Podemos decir entonces que la empatía es una capacidad de los seres animados del mundo natural.


Es muy fácil ser empático con la persona que lo es de manera natural con nosotros y con otros. Es fácil reciprocar bajo condiciones similares. Sin embargo, ¿qué pasa cuando otra persona no es empática hacia nosotros? ¿Podemos ser empáticos con la persona que no puede sentir empatía? ¿Podemos ejercer nuestra empatía hacia la falta de empatía de otra persona? ¿Podemos amar a la persona que no siente empatía por nosotros? Y mayor aún, ¿puede existir el amor sin empatía? Ese es el gran reto existencial que me ha invadido en los últimos tiempos de mi evolución espiritual y uno que no se me ha hecho fácil dominar.


Si una persona importante en nuestras vidas no ha desarrollado su capacidad de empatía y por lo tanto no puede otorgarla, y en un momento crucial en el cual esperamos y necesitamos de esa empatía como apoyo emocional no la recibimos, podemos ser empáticos con la “inempatía”? ¿Podemos permanecer en amor con la inempatía? Los más importantes textos espirituales y religiosos nos piden que demos amor aun a aquel que no nos lo da. Que perdonemos al que nos hace mal. Que hagamos bien sin mirar a quién. De acuerdo a esos principios, deberíamos ser empáticos con los “inempáticos”. Yo lo estoy intentando. Y si resulta habré ascendido un importante peldaño espiritual. Sin embargo, ese acto en este momento parece más difícil que tocar el cielo con las manos.

Wednesday, April 28, 2010

MOVING ON

How long does it take for an individual to trespass his/her own limitations? How long can we hold on to old pains, heartaches, fears, frustrations, denials, and unhappiness? The truth is there is no formula for determining how long a human being can live with unpleasant feelings. It is all about personal preference. It is all about decision.

Our lives are based on an unlimited number of decisions we must make every second of our existence. For example, we get up at a certain time everyday. Some can argue most must get up at a certain time to comply with work obligations; however, the truth is every morning there is an element of decision involved in getting up at a certain time. We might feel we must get up to go to work, but in fact, we have the choice to get up and go to work. In most cases we are aware of the consequences of our decisions. For instance, not getting up in time to get to work at a certain hour might cause us a sanction. Of course, there are events in life we cannot predict that might force us to make choices we otherwise would not. For example, we get up in time to go to work, but we are faced with an accident on the road that makes us be late for work. The truth is we have no way of having been able to predict the accident on the road. We can only decide how to react to those unexpected events in life. As not everything in life is predictable or within our control, we can make a conscious decision about how to deal with, cope with, or face the uncontrollable. We can make decisions when faced with those life-changing events that come our way without warning. We can decide to stay optimistic, learn from our experiences, and move on quickly. We can decide to let life continue with our best face and attitude. Attitude is a decision. Happiness is a decision. The timing to cross the threshold between self pity and the determination to move forward is a decision for us to make.

I understand I have less time on earth than before. Everyday, every hour, every minute, every second of my existence is subtracted from the sum of all the time I do not know I have left to live. Therefore, I am making a decision to live happier and letting go of grudges in less time than before. With practice, I might never hold on to resentment and fear again, or at least, minimize their time within me. It will take practice and my decision to live happily, in spite of it all. I can be certain of one thing: at least I will be happier, longer.





Thursday, February 04, 2010

NEW BEGINNINGS

Our human nature prompts us to resist changes. Changes are the only constant we have in our lives, however, change is what we dread and fear most. Habits, behaviors, routines are all part of our daily systems and ways of living that become our second nature. We all need predictability in our lives. We all need systems under which we operate on a daily basis. However, we often do not realize that even when we always do the same things we can never do those things the same way. We are not the same today as we were yesterday. Our life circumstances may change slightly or drastically from one day to the next. Everyday we are different creatures, older, wiser, more experienced, more seasoned. Everyday our skin, hair, and brain change. Everyday we are a new person. Why, then, do we resist the less than obvious changes of life?






Life submerges us in a comfort zone. We get used to the familiarity of situations and we become accustomed to doing certain things. We create expectations in anticipation of results that derive from doing things a certain way each time. Life becomes predictable. When something challenges that predictability, an alarm goes off inside of us. Discomfort starts building up and all sorts of fears start arising. This happens even in uncomfortable situations in which we have become used to discomfort. The discomfort is known. Change is unknown, and therefore, a threat. When threatened, we tend to fight or to hide as a signal of resistance. Little matters if the change will unfold a better reality. Our human nature resists the new with passion.






Living through change is hard, especially those changes that have a great impact in our whole life system. Some changes call us to redefine our value system, our life system, our humanity. Those are the most difficult to endure, but also the most transforming. We change everyday but dramatic changes often times allow us to evolve if we keep an open mind and let our spirit transpire through.






I have been experiencing a lot of life changes these days. One day I was feeling particularly challenged by the unknown, I ran into a neighbor. As I shared my story with her, she told me she went through a similar situation and that life was good. “You will be good”, she assured me. I found comfort and hope in her words. Life has changed. And life is good, as she promised.






Change happens; is inevitable. Resisting it only makes us feel hopeless and with little control over the outcome. When we seize the opportunities that come with change, we are in a better position to make decisions that will have a significant impact on our evolution through and after change.