Tú eras el huracán,
y yo la altatorre que desafía su poder.
(¡Tenías que estrellarte o que abatirme...!)
¡No pudo ser!
Tú eras el océano;
y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén.
(¡Tenías que romperte o que arrancarme...!)
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo;
acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
5 comments:
Recién he publicado esta misma rima del maravilloso Bècquer.
Te agradezco la visita.
Te abrazo
Buff! como estaba este Adolfo! No se si en su caso era la primavera o los huracanes otoñales pero... arrollador.
Bello, hermoso, no pudo ser...
Ese estado de sumisión al sentimiento y su máxima expresión a través de la poesía me encanta. Expresarse así es ser libre.
Cuando estudiábamos a Bécquer en el instituto, me encantaba.
Veo mucha gente conocida por aquí... :-)
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